Anoche soñé que iba al puterío de Billinghurst y que todas las minas estaban buenísimas y me sonreían al desfilar. Traspasaban la puerta de la cocina, venían con una copa de champagne en la mano y se sentaban sobre mi falda y empezaban a acariciar distraídamente mis partes íntimas.
Este es, sin dudas, uno de esos sueños que Freud clasificaba como de "realización de deseos" porque claro, como se imaginarán, las putas de Billinghurst son cualquier cosa menos lindas (por no mencionar el hecho de que algunas ya me están mirando con cara de culo hace rato, porque claro, yo siempre paso con Yamila que por lo menos tiene unas tetas gigantes).
Digo yo, ¿no podrían traer ukranianas o polacas en lugar de paraguayas? Estoy realmente podrido de fifar en estas ligas. Lo más lindo de todo es que no lo hago por necesidad. Qué lo voy a hacer por necesidad, si tengo un levante que da miedo. No, lo hago por el motivo que varios de ustedes ya conocen muy bien: me gusta el bajofondo y lo cochino.